Para que no lo crean tan maco, ni piensen que por algún bololó usted se ha quedado arrutanado en su léxico cartagenero, instrúyase con esta carrandanga de palabras, algunas en desuso, otras muy intrincadas en el vocabulario de la ciudad. Amplíe los significados para que no lo consideren un barbachán achacado. Porque usted no es ningún camostre del lenguaje.
Lea el siguiente diccionario de términos cartageneros para que no le toque coger sus motetes e irse a vivir con los cachacos como cualquier cachureto birrioso y falto de cañaña. Si, en cambio, le da pingarria leer y prefiere cualquier berroche popular, mejor deje de parapetar su ignorancia para que no le hagan el ¡fo! en ningún lugar. Evítese un soncontrón lingüístico.
Achacado: En lenguaje familiar es “dominado”, “triste” en la Costa Caribe.
Agalludo: En la Costa es “rapaz”, “ambicioso”, “codicioso”. En San Luis Argentina es “audaz”, “valeroso”.
Arrutanado: “Pobre”, “En la inopia”. Curiosamente este costeñismo no se encuentra en el Lexicón de Alario, pero en Cartagena lo hemos oído muchas veces en el lenguaje familiar.
Barbachán: “Rústico”, “grosero”. En México se dice barbaján al tosco en lenguaje y modales.
Barrilete: “Cometa”. En Bogotá “Cometa”. El barrilete es octogonal. En Argentina también se lo llama así.
Bemba: “Labio grueso”. Debe ser voz africana. En Venezuela bembe “labios saleintes”. Bemba, se emplea en las Antillas españolas.
Berroche: “Juego de niños”. Lo usa Vicente Martínez Emiliani, así: ‘amaneceres de berroches infantiles’.
Birria: “Vicio”. Parece ser voz portuguesa. ‘Es un birrioso; se la pasa jugando todas las noches’.
Bololó: “Desorden”. Parece voz africana.
Burrero: “Mandamás”, “cancamán”. Lo usa don Daniel Lemaitre en los Cables de Pepa Simanca con ese sentido.
Cachaco: “Habitante del interior del país, especialmente de Bogotá”. En Bogotá significa gólgotas distinguidos y jóvenes que se enfrentaban a los artesanos
Cachureto: “Desvencijado”. En Riohacha es cachareto y equivale al “asno o mulo con una oreja torcida”.
Camostre: “Adefesio”. Es una palabra que no conocía y que la he oído últimamente a mis hijos en Cartagena.
Canilla: “Pantorrilla flaca”. Es un americanismo. Canilla por “Pantorrila” está en Garcilaso de la Vega (1600).
Cañaña: “Fuerza”. Se usa también en Palenque según información oral de Nina S. de Friedemann.
Carrandanga: “Gran cantidad” en lenguaje familiar: “María se casó y ahora tiene una carrandanga de hijos”.
Cuca: “Joroba”. Encucado = “Jorobado”.
Cucayo: “Lo que queda pegado a la olla”. Es voz africana. Se dice especialmente del arroz.
Chócoro: “Trasto”. Es voz de probable origen africano del grupo Kwa.
¡Eche!: “¡No señor”, “Que va”. Puede venir del antiguo “ce” español y estar emparentada con el “che” argentino.
Empeluchado: “Repuesto”, “vuelto a su buen estado físico” en lenguaje familiar.
Esmandado: “A toda velocidad”. Voz familiar. “Pasó por aquí esmandado. También “aflechado”.
Esmondao: “En la inopia”. Es común hoy en el lenguaje familiar.
¡Fo!: “Interjección de asco”. Se emplea en Cuba y en México.
Huevo: “Pene”. Huevos es también voz general aplicada a los “testículos” por influencia árabe según don Americo Castro.
Juma: “Borrachera”. También en México. “Ajumarse” = “emborracharse”. Es colombianismo.
Maco: “Tonto, “bobo” en medios populares.
Maluco: “Feo”. También en Antioquia. En la Costa es común esta coplita entre niños: Maluco feo, carimbabeo, car’icoteo.
Misía: “Mi señora”. Desusado. Era el tratamiento que los jóvenes e inferiores daban a las señoras de edad.
Motetes: “Bártulos” en lenguaje familiar. “Cogió sus motetes y se fue”.
Ñóñora: “Llaga”. Parece voz africana. En Cuba ñáñara. En Santo Domingo ñáñaras.
Parapetar: “Arreglar provisionalmente” en todas las clases sociales.
Pechiche: “Mimo”, “consentimiento”.
Perrata: “Plebe”, “La perrata se sienta allá arriba”. Se está generalizando en Colombia.
Pichurría: “Cosa insignificante” en lenguaje familiar. Pichurrero = “que se contenta con poco”.
Pingarria: “Murria”, “modorra”.
(De) Racamandaca: “Enérgico” “de tuerca y de tornillo”- Es colombianismo.
Rapé: “Marrón”, “café”.
Saltacharcos: “pantalón que no cubre los pies” en lenguaje familiar.
Sambapalo: “Desorden”, “barullo”.
Soncontrón: “Golpe fuerte” en lenguaje familiar. Mi padre lo usaba mucho. Quizá se relacione con “encontrón”.
Tarajalludo: “Muy grande” en lenguaje familiar. También en Cuba.
Truñuño: “Avaro”. Puede ser voz africana, catía o española (¿de estreñido?).
¡Uso!: “Interjección para encarecer algo” = ¿Hay mucha piedra? ¡uso! Probablemente viene de “Jesús”. Es campesina y popular. A veces la usa la clase media, pero nunca la clase alta.
Vincha: “Diadema”. En Bogotá “balaca”. Vincha se usa en los países de influencia quechua.
Yesquero: “Encendedor”. Es un arcaísmo que tiende a desaparecer.
Zocato: “Que no está tostado”. En Cuba es “fruto arrugado no maduro” y “galleta envejecida”.
Nicolás del Castillo Mathieu
Cada una de las palabras fueron tomadas del ‘Léxico de Cartagena’, texto inédito del investigador cartagenero, Nicolás Del Castillo Mathieu, libro que compila sus mejores obras y acaba de ser publicado por la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
La obra fue editada por su entrañable amigo, el periodista e historiador, Lácydes Moreno.
Cada una de las palabras fueron tomadas del ‘Léxico de Cartagena’, texto inédito del investigador cartagenero, Nicolás Del Castillo Mathieu, libro que compila sus mejores obras y acaba de ser publicado por la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
La obra fue editada por su entrañable amigo, el periodista e historiador, Lácydes Moreno.
Del Castillo fue doctor en Ciencias Jurídicas y Económicas de la Universidad Javeriana de Bogotá; doctor en Droit Privé de L’Université de Paris (1957); Diplomé de l’Institut des hautes études internationales de París y, Master of Arts in Romance Languages and Literatures, Harvard University, Cambridge, Mass EUA.
Además fue un personaje muy representativo para Cartagena y el Departamento de Bolívar, donde desempeñó numerosos cargos, desde Juez Civil municipal hasta Gobernador, habiendo pasado por la Gerencia de la Corporación de Turismo, y las presidencias de Cotelco y Comfecámaras; en el ámbito nacional fue Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Colombia ante los gobiernos de Costa de Marfil y Nigeria, así como miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua y correspondiente de la Academia Colombiana de Historia.