Tiempos de Cambio
En esta cuarentena obligatoria en vez de renegar, mejor agradecer porque tenemos un techo, alimento,abrigo y salud! Independientemente de teorías conspiracionistas, de si el virus fue creado en un laboratorio, o si es un fenómeno natural al que hemos llegado por destruir y contaminar nuestro medio ambiente. Más allá de eso hay que ver cómo se venían dando las cosas y no es a quién beneficia o perjudica, en un afán de buscar culpables. Sino que bebemos buscar soluciones, tratar de ver cómo podemos ayudar a otros. Aprender a ser solidarios, a tener empatía, amor por el prójimo.
Indaguemos en nosotros para encontrar nuestros valores innatos. Aquellos que son genuinamente generosos, son quienes se han esforzado por superar esta crisis, afrontándola con valentía y ayudando a los demás. Es aquel médico que esta pronto a retirarse o incluso el retirado que regresa al ruedo para ayudar, es aquel empleador que soporta a su empleado, es ese farmacista que atiende al público durante largas horas y lo hace con diligencia y puntualidad, es el empleado de supermercado y el aseador del hospital por dar algunos casos.
Los gobernantes en estos momentos es cuando vemos de que madera están hechos, ahora podemos distinguir los buenos de los malos gobernantes, el administrador comprometido de aquel que no lo es.
Resurgen las carencias y vemos lo que se venía haciendo incorrectamente. Solo para dar un ejemplo.
Siempre les he comentado sobre lo difícil que es para un inmigrante, reinsertarse al mercado de trabajo, porque no se reconocen sus estudios o experiencia profesional, las barreras de la lengua y la pesada burocracia del sistema en Quebéc. Conozco muchos médicos trabajando de taxistas, porque luego de tratar infructuosamente de hacer sus equivalencias, se ven forzados a trabajar en áreas distintas a su experticio porque tienen la responsabilidad de una familia.
Pues sucede que ante la crisis sanitaria y el duro golpe a la población de adultos mayores que la actual pandemia ha generado. El primer ministro de Quebéc, Legault ha reconocido que los enfermeros y otros trabajadores esenciales que venían siendo muy mal pagados, razón por la cual los jóvenes no veían esos oficios como algo atractivo u honroso a desempeñar. Eran en su mayoría ejecutados por inmigrantes que no tienen mayor opción en escoger otra carrera. Todo ello en detrimento de los ancianos que no tenían la atención adecuada y que infortunadamente dejados a su suerte, constituyen la población vulnerable con un alto índice de morbilidad.
Entre las muchas cosas que están cambiando en estos tiempos, como que los océanos, bosques parques y la fauna en general están teniendo un respiro. Finalmente se ha reconocido el valor de los trabajadores esenciales, la necesidad que la sociedad tiene de ellos, lo fundamental de proteger a nuestros ancianos, pagar adecuadamente a los trabajadores esenciales y darles las medidas adecuadas de protección y de descanso tan necesarias para el adecuado desempeño de tan digna labor.
Hemos comenzado a pensar en el bién común, si mi vecino, colega y compatriota están bien yo también lo voy a estar. Los seres humanos tenemos que cambiar para mejorar como sociedad, con nuestra relación con el planeta entero, fauna, flora, economía, política. No podemos continuar satisfaciendo necesidades materiales, acumulando, pasando sobre otros y debemos pasar a la generosidad auténtica. A vivir en armonía con nuestro entorno, con el Universo con la creación.