Si queremos encontrar la paz, debemos guardar una actitud positiva hacia nosostros mismos y hacia otros, lo que convierte la vida en dicha, no en sacrificio.
Para sentir paz en nuestra vida, basta con unas relaciones personales satisfactorias y un sentido de propósito.
La paz con nosotros mismos, no obedece a causas externas, sino que proviene del interior. La gran afección de la naturaleza humana es considerar sólo lo externo como medio para lograr la paz que es algo que depende del interior de cada individuo, pueblo o Nación, esperando que los otros nos resuelvan, olvidandose del examen interior, los valores intrínsecos y las actitudes que asumimos.
Cuando somos auténticamente humanos y solidarios, la vida es más que la simple supervivencia y la superación de obstáculos. Es una gozosa experiencia llena de paz, amor y significado por el ser humano.
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