Mis hijos adolescentes son mis más severos jueces. A esta edad creen saberlo todo y
piensan tener la autoridad para censurar y aprobar. Mucho les falta por aprender, por
eso he resuelto, predicar menos y actuar por medio de el ejemplo.
Un día que espero no sea muy lejano, comenzarán a comprender muchas cosas.
De modo que menos opinión y mayor acción.
Rectificar es de humanos!
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